La Ley de Murphy
La ley de Murphy dice que si algo puede salir mal, saldrá mal. Esta es la conclusión extraíble de una de las temporadas más horrendas y decepcionantes de la entidad barcelonista en toda su historia. La negatividad se ha instalado en el gen competitivo del club, que se está acostumbrando peligrosamente a la derrota. Un club sin nadie capacitado que gobierne la nave, un presidente perdido y a la deriva, que solo sabe hacer la ‘tournée’ de felaciones pactadas, por las redacciones oficialistas, repletas de seudoperiodistas que se prostituyen por un plato de lentejas.
Ingenuidad o temeridad.
Afirmaba Josep María Bartomeu en la entrevista exclusiva de Mundo deportivo que no quería creer las declaraciones del presidente de la liga del fútbol profesional (LFP), Javier Tebas, donde dejaba deslizar una llamada y posterior reunión (que por otra parte nadie de los implicados ha desmentido), entre Florentino Pérez y Luis Rubiales. Más que el presidente del fc Barcelona, Josep María Bartomeu parece un trampantojo de su Florentineza.
Luego ciertos personajes, con halos de notoriedad quieren vender la moto de que el vestuario manda demasiado. Ante tal coyuntura deberían de gobernar ellos el club, en vez de un presidente tan inepto, irresponsable e incompetente, más parecido a la ocupación de un espantapájaros. Está claro que al Barça le han perdido el respeto desde todos los ámbitos y los estamentos del fútbol.
Tropelías y la callada por respuesta
Mientras tanto Josep María Bartomeu impostando demandas en defensa del club ante supuestos ataques de bots cibernéticos, olvidando que primero se permitió la cacicada de la Supercopa, luego se callaron como putas (perdonen la expresión) ante la deriva del Videoarbitraje post confinamiento, que solo Piqué tuvo la gallardía de advertir y denunciar, alzando la voz: “sabemos que es imposible que podamos ganar esta Liga”.
Luis Rubiales no iba a morder la mano untada de mantequilla que le da de comer, ni tampoco iba a permitir al fc Barcelona tener dos votos federativos en su poder. Mientras tanto, los árbitros de turno chuleaban al equipo dirigido por García Pimienta en Marbella. Las desgracias no vienen solas y para postre, Pajarero el central del Sabadell, con el 1-1 en el marcador lesionaba al central uruguayo, con uno de esos penaltis considerados de libro, provocando una torcedura de tobillo que pone en seria duda la presencia de Araújo para la Champions. Visto lo visto, a la pesadilla de temporada aún le resta un último y para nada halagüeño capítulo. No quiero ser agorero, pero como dice la ley de Murphy, si algo puede salir mal, saldrá mal…
PD: Recuerden que la tostada siempre cae por el lado de la mantequilla…
Ricky Sanmartín