Messi per sæcula sæculorum

Desde la final de la Champions en Berlín 2015, el fc Barcelona ha fichado a veintinueve futbolistas, de los cuales actualmente solo doce permanecen en la primera plantilla, salvando solo uno de los fichajes estrella de la presente temporada, donde De Jong parece haberse asentado como titular en el once del fc Barcelona, aunque sin brillantez. Ninguno de los demás fichajes se hizo con el puesto de titular indiscutible. Existen los casos a parte de los Lenglet, Semedo, Arturo Vidal o Griezmann, que lo fueron en algún momento, pero para nada indiscutibles. Lo que significa, que veinticuatro de los veintinueve últimos fichajes del club, han sido inútiles. Bien por falta de calidad, adaptación, o porque simplemente no estaban hechos para jugar en un equipo con un estilo de juego tan marcado e identitario.

Sin indentidad no hay horizonte.

Cuando un club como el Barça está comandado por una junta directiva que no tiene una idea preconcebida y arraigada de fútbol, que solo está fundamentada en los resultados y en los impactos mercantiles y económicos, dejando de lado el proyecto deportivo, qué es lo que un club como el Barça debería priorizar, desde un trabajo a conciencia, apuntalado desde la base y no haciendo castings interminables de entrenadores que ninguno tiene nada que ver entre sí, ni mucho menos en sus conceptos futbolísticos. Por no hablar de los últimos directores deportivos, que se encuentran en las antípodas de sus idearios futbolísticos el uno del otro. La conclusión, es clara y meridiana, fichajes innecesarios, sin ADN Barça, sin ningún criterio en base a las pautas y necesidades reales del equipo, sin tener en cuenta el esquema en el que está basado el ideario fundamentalista del juego del Barça. En definitiva, fichajes que vienen y van, sin ningún orden, ni concierto…

Salidas no bien cubiertas.

Desde la salida de Dani Alves no hemos tenido un lateral derecho nivel Top. Se han fichado cinco centrales para sustituir a Mascherano que ni siquiera era central, al que Guardiola reconvirtió como tal (salvando una gran temporada de Umtiti). Ninguno fue capaz de ganarse la titularidad indiscutible. Algunos centrales solo fueron negocios mercantiles para la junta directiva. Se han fichado hasta nueve centrocampistas para sustituir a Xavi e Iniesta y solo De Jong parece haberse hecho con el puesto de titular, eso sí, sin ornamentos hasta la fecha. Por último, se ficharon otros nueve delanteros, para minimizar de forma inmediata el rendimiento de Neymar y para tratar de poner en dificultades a Luis Suárez. Ninguno fue capaz de hacerse con un sitio en el once titular del ataque del fc Barcelona.

Sin planificación ni previsión.

Para más inri, el incauto presidente de la entidad barcelonista ha malgastado más de cuatrocientos millones de euros en tres grandes futbolistas, pero que de entrada, al menos dos de ellos no tenían cabida en el estilo y filosofía Barça, ni tampoco currículums en equipos que fundamentaran sus principios en el juego asociativo y de posición, ya que las grandes virtudes tanto de Dembélé, como de Griezmann, son jugar con espacios, a campo abierto y contra defensas adelantadas donde pueden explotar todas sus cualidades. Dembélé por su velocidad y Griezmann porque es un especialista en atacar el espacio. Ambos jugadores franceses ficharon para cubrir el vacío estadístico y sentimental que había dejado Neymar en el corazón del barcelonismo.

Ya pueden recitar misa los acólitos de diez a once, que el jugador brasileño es el futbolista más desequilibrante del mundo, después de Messi. Neymar reúne todas las cualidades de un futbolista puramente ADN Barça. Desequilibrio en espacios reducidos y asociativo en el juego de posición. Capaz de interpretar los conceptos y la lectura en base a las necesidades del equipo. Y qué decir de Coutinho, el rutilante y fracasado fichaje más caro de la historia del fc Barcelona, que llegó con la vitola de intentar hacer olvidar (sin conseguirlo), la palidez mágica de Iniesta.

PD: Messi sigue siendo Messi, los que no son los mismos, son los que le rodean (Per sæcula sæculorum)…

Ricky Sanmartín