Año de transición. Tensión máxima
Estamos de acuerdo que esta temporada iba a ser un año de transición , mal entendido, si no se hubieran hecho las cosas tan mal. Un club grande como el Barça ha de estar en continua renovación año a año y no fiarlo todo a un momento en el que se tengan que parar las máquinas para llevar a cabo una renovación constante y no caprichos anuales en forma de fichajes que no aportan.
Renovación continua y proyecto claro.
El discurso que se ha instalado en la afición barcelonista del año de transición esta llevando al equipo a una situación que no se recordaba desde los años de Gaspart. El Barça actual ha disputado 45 puntos y solo ha conseguido 25 . Ha dilapidado por el camino 20 puntos que si bien no se podían conseguir plenamente si por lo menos los puntos perdidos en casa. El Barça como local ha perdido 9 puntos y ante rivales de lo más variopinto como Sevilla, Valencia, RMadrid o Eibar.
La proyección de puntuación que lleva el Barça actual no alcanzaría los 80 puntos. Con esos 80 puntos el Barça va a tener muy difícil clasificarse para la Champions a poco que los equipos de arriba estén finos. Que el Barça no se clasifique para la próxima champions no solo sería una ruina deportiva al provocar que alguna pieza codiciada decida no decantarse por el Barça sino también económica con un equipo con los salarios tan elevados como los que tiene el Barça y con el peligro de la no presencia de público un tiempo más.
Cambiar el discurso o sucumbir.
Que el barça actual sea de transición parece la patente de corso para que las cosas no se hagan como deberían hacerse y que se acuda a este recurso para explicar situaciones que en otro momento serían impensables. Ver a un equipo perder partidos o no ganar ante rivales muy inferiores y que ya no provoque indignación es casi peor que la derrota en si misma. Cuando se cae en la dejadez y no importar lo que acontece es un hilo conductor hacia un desastre aún mayor y nos acercamos peligrosamente hacía ese estadio.
Hay que cambiar el discurso y enojarse cada vez que no se gana y se juega bien. Lo segundo debería ser lo primero pero en el caso que nos ocupa se esta a tal punto que ya solo nos queda agarrarnos , momentáneamente, al resultado. Triste pero cierto.
J.Monclús.